La cúrcuma se ha utilizado desde hace mucho tiempo como colorante alimentario gracias a su intenso color amarillo. Sin embargo, son muchas las propiedades medicinales que se han relacionado con esta especia, y más concretamente con la curcumina, su principio activo principal.
Una de estas propiedades es su capacidad para actuar como una sustancia antiinflamatoria que puede ayudar a combatir la artritis y otras enfermedades reumatoides. También mejora los dolores musculares y ayuda a prevenir algunas enfermedades hepáticas como la cirrosis, por lo que se dice que actúa como protector del hígado.
Además se ha relacionado la cúrcuma con cualidades antibacterianas y antisépticas, y se ha observado que mejora algunos trastornos gastrointestinales, como los gases.
Pero además de todas estas propiedades, sin duda llama la atención su capacidad de actuar como anticancerígeno, y la menor incidencia de alzheimer que presentan las poblaciones que consumen cúrcuma de manera habitual.
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